en el recipiente que ocupo van depositandose compuestos diversos que se entremezclan con mayor o menor éxito, y cuando son demasiados rebosa cayendo por aquí algunos restos...de esa amalgama de pasión, odio, miedo, deseo o frio invierno, de sueños y restos

1.14.2008

mi cucaracha

una tarde no se de donde apareció en casa, llegó sin mas y se quedó allí parada mirandome, con esos ojos diminutos, brillantes, dos cabecitas de alfiler insondables y misteriosas. su negro penetrante se engarzó con el verde diafano de los mios y se enroscaron. después desapareció unos dias,
algo que sería habitual.

al principio me extrañó por que una vez tuve un perro y nunca se iba, siempre estaba a mi lado. tumbado, en guardia o dormido, pero siempre a mi lado. me percaté que no conseguiría nada tratando de entenderla como un animal de compañía, un perro soso que está entrenado para no pensar.
había que entenderla como una cucaracha

así es que empecé a leer libros sobre cucarachas, visualicé algunas peliculas, aprendí mucho. resulta que son uno de los animales mejor adaptados, con un duro caparazón que los protege de todo. hay teorías que sugieren que además de las ratas serían las únicas capaces de sobrevivir a un ataque nuclear, a cualquier ataque

jugabamos a mirarnos mientras moviamos los labios sin decir nada, como si estuvieramos charlando, pero solo nos mirabamos, por que aunque hubiera podido pronunciar palabra es imposible entenderse con una cucaracha en tan poco tiempo

a pesar de eso llegamos a tener momentos muy especiales. ella se tumbaba bocarriba, desprotegida, y yo le hacia cosquillas en la barriga con la punta del dedo índice o utilizaba una pluma vieja de escribir que andaba por ahí tirada,

en otras ocasiones me tumbaba en el suelo a ver el mundo desde su perspectiva, me tapaba con una manta negra, y los dos nos quedabamos callados moviendo las extremidades sin avanzar
ella me miraba y seguramente se preguntaba que coño hacía yo ahí abajo
pero creo que le gustaba

yo creo que le gustaba

y a mi también, demasiado, por que a veces desaparecía durante dias y yo me sentía solo y me tumbaba sobre el frio suelo de gress, tapado con mi manta negra, a contemplar el mundo como las cucarachas, siempre temiendo que alguien te pise, siempre protegido por el enorme caparazón

cuando salía de casa recordaba los momentos juntos, sus patitas, sus ojos intrigantes, recordaba las sacudidas excitada cuando mi dedo rozaba su vientre.. mientras aporreaba el ordenador como un automata recordaba mis juegos con ella, y sonreía

ella mientras, hacia bolas de pelusa, que me lanzaba al entrar en la casa, al principio lo tomé como un juego por que se pegaban a la ropa y resultaba gracioso

pero después me di cuenta de que cuando la dejaba sola se dedicaba a recoger todos los restos que encontraba por ahí y a amontonarlos y a escupirlos sobre mi.... y eso ya no resultó divertido...en absoluto

7 comentarios:

CARLA BADILLO CORONADO dijo...

Vaya, me has hecho recordar cuando era niña. Yo nunca tuve gatos, ni perros, yo acogía a quellos insectillos como las mariquitas (nosé si en España se llaman igual) pequeños animalillos en cuyo caparazón rojo se pintaban pequeños circulitos negros. Siempre me llamaron la atención, su mundo era otro mundo. Una buena compañía.

Saludos desde la mitad.
Carla.

Kebran dijo...

HOLA GRACIAS POR TU COMENTARIO
ES ENRIQUECEDOR POR TU PARTE
Y A MI TAMBIEN ME GUSTA MAS EL DE SANDRA GARRIDO
UN ABRAZO
EL KEBRAN

Sandra Garrido dijo...

No podías esperar otro final viniendo de una asquerosa cucuracha, lo siento pero siento repugnancia por ellas, ... no soporto pisarlas y escuchar ese crujir, pero dentro de este surrealismo , en las que ciertas partes me has hecho sonreir con la ironía...y es que en la parte de tirarte al suelo para ver el mundo desde abajo, en cierto modo, muchas veces somos así, aunque surrealista el relato enucentro muchas verdades, como aquello de que es una especie incapaz de extinguirse y que han sobrevivido a muchas catástrofes naturales.

Ahh, tiene cierto toque kafkiano...por aquello de la metamorfósis.

Pa´lo que me ha dado de si "las asquerosas cucarachas" jajaja.

UN abrazo.

amalgama,,, dijo...

jajajaja, es que estoy con kafka, me has pillado, :) pero mi cucaracha para nada es asquerosa, es muy distinta a las demás, es peculiar, ni siquiera es negra del todo, tu puedes ponerle colores y hacer que no cruja al pisarla, o como carla puntos negros y color rojo, es el poder de la imaginación, gracias a los tres por los comentarios...estoy intentando enlazar a carla y al kebran pero de momento no me deja..

Kebran dijo...

tienes mucho potencial, mucho
mañana o pasado de agregaré a mis links, a mi de momento no me da problemas. y si quieres pongo un poema de los suyos en mi blog para que lo lea la comunidad de poetas
otro abrazo
el kebran

amalgama,,, dijo...

de momento creo que ninguno está a la altura, dejame que me suelte un poco antes, gracias,

Anónimo dijo...

Dices que ninguno está a la altura y quizá sea cierto en casos anteriores, pero en este relato te desbordas y se lee mucho más de lo que se ha escrito.

Hace unas semanas releía a Kafka y he podido releerlo hoy en tus palabras magistrales. Me gusta ese juego de decir sin contar. ¿Has leido a Monterroso?

Un saludo.
Zedar