atardeceres de septiembre en la llanura
inmensos rosas adornan las nubes
la mancha es una marea de vides
salpicando el aburrimiento sobre la cal
de paredes de tierra y piedra amontonada
viejas sentadas a la puerta en sillas
minusculas para los generosos traseros
de madera, mimbre y esparto
pobres de pintura y de conversación
salvo el repaso solemne al sermón
y la retahila de criticas al vecindario
da la fulanita y menganita que se dejaron
la virginidad en la primera verbena
saltando las brasas de san anton
se quemó con fuego alguna pareja
que ahora andan pregonados en los tablones
de las comidillas en el mercado
y en cualquier acera donde haya tres
que nunca las lenguas dejan quietas
muere el aburrimiento en las puertas
abiertas para no dejar pasar las moscas
y se empeña el calor en sofocar
cualquier atisbo de vida en esta tierra
y se empeña la intolerancia en desterrar
a la capital al que no se acepta
comun entre los demas
indolente ante la pasividad y la blasfemia
en el recipiente que ocupo van depositandose compuestos diversos que se entremezclan con mayor o menor éxito, y cuando son demasiados rebosa cayendo por aquí algunos restos...de esa amalgama de pasión, odio, miedo, deseo o frio invierno, de sueños y restos
2.07.2008
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